Sensibilidad dental
La hipersensibilidad de la dentina es una condición común de salud oral. Si tienes sensibilidad dental, a menudo puedes experimentar molestias o un dolor breve y agudo cuando los dientes afectados se exponen a temperaturas extremas, por ejemplo, al comer o beber alimentos y bebidas calientes o fríos (como helado o sopa), al cepillarte los dientes o respirar aire frío. Todo esto puede hacer que la vida diaria sea muy incómoda.
La sensibilidad dental puede ser causada por varios problemas y condiciones de salud oral diferentes, que incluyen caries, dientes agrietados, esmalte o empastes dentales desgastados, encías retraídas o enfermedad de las encías. Ocurre cuando el esmalte dental (la capa exterior dura y protectora de nuestros dientes) se desgasta, exponiendo los nervios y las células de la dentina debajo al calor, el frío y el ácido.
Erosión del esmalte
No solo los dulces son que los pueden causar problemas dentales. ¿Sabías que los alimentos y bebidas con alto contenido de ácido también pueden dañar el esmalte que protege tus dientes e incluso provocar que se desgaste?
Las cosas cotidianas como los refrescos, las bebidas deportivas y el té de sabores, así como los zumos y las frutas cítricas, pueden contribuir a la erosión del esmalte. Algunos de los signos más comunes de esmalte erosionado son una mayor sensibilidad dental y una decoloración amarillenta de los dientes. También la erosión del esmalte también puede aumentar el riesgo de desarrollar caries o una infección oral.
Desafortunadamente, una vez que el esmalte dental se desgasta, no puede repararse de forma natural. Solo un dentista podrá tratar la erosión del esmalte. Pero la buena noticia es que la erosión se puede prevenir fácilmente con una buena rutina de salud bucal. Obtén más información sobre la erosión del esmalte y cómo ayudar a prevenirla.
Si la placa dental no se elimina, esta se convertirá en sarro, lo que dificultará su posterior eliminación.
Enfermedad de las encías
La enfermedad de las encías es una condición de salud oral muy común. De hecho, la mayoría de los adultos en España tienen algún grado de enfermedad de las encías, y la mayoría de nosotros la experimentaremos al menos una vez en la vida. En sus primeras etapas (conocidas como gingivitis), la enfermedad de las encías puede causar encías rojas, hinchadas y sangrantes, especialmente al cepillarse los dientes o usar hilo dental. La gingivitis puede ser dolorosa, pero no siempre, por lo que es importante estar atento a estos otros síntomas también.
Si no se trata, la enfermedad de las encías puede causar serios problemas de salud bucal. La gingivitis puede progresar a periodontitis, una etapa más agresiva de la enfermedad de las encías que puede causar mal aliento, un sabor desagradable en la boca y recesión de las encías (donde las encías se separan de los dientes). Con el tiempo, puede provocar abscesos en las encías, dientes flojos e incluso la pérdida de dientes.
Al igual que la sensibilidad dental y la erosión del esmalte, la enfermedad de las encías se puede prevenir, e incluso revertir en sus primeras etapas, con una buena rutina de salud bucal y controles dentales regulares.
Boca seca
Quizás se pregunte por qué la boca seca («xerostomía«) es un problema dental. Esencialmente, todo se reduce a la importancia de la saliva para nuestra salud bucal. La saliva no solo nos ayuda a descomponer y tragar los alimentos, sino que también actúa como un limpiador natural de nuestra boca. La saliva ayuda a combatir la caries dental al eliminar naturalmente los ácidos que causan la erosión del esmalte, así como la placa bacteriana que causa la enfermedad de las encías.
La boca seca ocasional es común (especialmente si está deshidratado), pero cuando se convierte en un problema persistente, podría ser un signo de una afección médica subyacente, como diabetes o síndrome de Sjögren. La boca seca también puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos. Si tienes la boca seca persistente, habla con tu médico o dentista para que puedan diagnosticar correctamente la causa.
Mal aliento (halitosis)
El mal aliento crónico (conocido como halitosis) puede ser una condición vergonzosa y desagradable. Y desafortunadamente, no se puede resolver simplemente cepillándote los dientes un poco más o masticando un chicle de menta.
El mal aliento persistente que no desaparece puede ser el resultado de un problema de salud bucal subyacente, como una infección en la boca, la nariz o la garganta; boca seca (a menudo exacerbada por fumar tabaco); o enfermedad de las encías. Los problemas dentales como las caries también pueden contribuir al mal aliento al crear espacios en la boca para que queden atrapadas las bacterias que causan el mal olor.
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